Para prevenir esta y otras enfermedades, es importante que tomes medidas para evitar la contaminación de alimentos.
Compartimos las recomendaciones brindadas por el Ministerio de Salud de la Nación sobre este tema.
Lavate las manos. Antes y después de manipular los alimentos, lavate correctamente las manos con agua potable y jabón, o con un desinfectante de manos a base de alcohol.
Limpiá y desinfectá. Lavá con agua y detergente utensilios y superficies de preparación antes y después de manipular alimentos. Desinfectá con una solución de agua con alcohol en proporción 70/30 o 10 ml (2 cucharadas soperas) de lavandina en 1 litro de agua. Debe ser lavandina de uso doméstico (con concentración de 55 gr/litro). De utilizar una lavandina comercial con concentración de 25 g/l, colocá el doble volumen de lavandina para lograr una correcta desinfección. Preparala el mismo día que vas a usarla, si no pierde poder desinfectante.
Vallijas y cubiertos. Lavá con agua y detergente vajillas y cubiertos antes de usarlos para servir alimentos. Tomá platos, cubiertos y fuentes por los bordes, cubiertos por el mango, vasos por el fondo y tasas por el mango.
Desinfección de espacios. Limpiá y desinfectá varias veces al día instalaciones y espacios que utilizás para preparar/almacenar alimentos (mesadas, heladera, electrodomésticos).
Almacenamiento. Para el almacenamiento de los alimentos, recordá siempre que antes de guardarlos, tenés que higienizar envase por envase. Esto podés realizarlo con un paño húmedo embebido en una solución desinfectante. Tanto en la alacena como en la heladera, consumí primero lo que tenga una fecha de vencimiento más cercana.
Frutas y verduras. Seleccioná frutas y verduras limpias, enjuagándolas con agua para eliminar tierra e impurezas. Luego, podés desinfectarlas sumergiéndolas en agua con 1,5ml (media cuchara de té aproximadamente) de lavandina por litro de agua (dejando actuar 20 minutos). Debe ser lavandina de uso doméstico (con concentración de 55 gr/litro). Volvé a enjuagar bien con abundante agua antes de consumir.
Para evitar la contaminación de alimentos. Lavá y desinfectá los alimentos que vas a utilizar.Lavate las manos antes de pelar o cortar los alimentos. Trabajá y comé sobre superficies limpias. Al mezclar los alimentos, no lo hagas con las manos (utilizá espátulas). Conservá los alimentos perecederos en la heladera. Calentá el alimento a 70°C como mínimo. Calculá las cantidades justas que vas a utilizar, para evitar recalentar o dejar los alimentos sobre la mesa o sobre una mesada o mostrador. Serví los alimentos con utensilios limpios. Evitá la contaminación entre alimentos crudos y cocidos: los alimentos crudos pueden estar contaminados y trasladarse a los alimentos cocidos o listos para comer. Separá siempre los alimentos crudos como pollos, carnes y pescados, de los cocinados y de los listos para comer. Conservá los alimentos en recipientes separados para evitar el contacto entre crudos y cocidos. Usá utensilios diferentes, como platos, tenedores, cucharas, para manipular alimentos crudos y cocidos.
Al momento de cocina. Usá agua potable o tratada. Verificá la fecha de vencimiento y nunca consumas alimentos vencidos. Cociná completamente los alimentos, especialmente las carnes, pollos, huevos y pescados. Herví los alimentos como sopas y guisos. Eso asegura que el alimento alcance una temperatura de 70°C. Para las carnes rojas y pollos cuidá que no queden partes crudas. Recalentá completamente la comida cocinada. Asegurate que esté muy caliente. Mantené los alimentos a temperaturas adecuadas: no descongeles los alimentos a temperatura ambiente. Calentá el alimento de forma tal que en su interior alcance también altas temperaturas (todas las partes deben alcanzar los 70ºC). Refrigerá lo más pronto posible los alimentos cocinados y los perecederos (preferiblemente bajo los 5ºC). No dejes alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas.