La variedad de formas y métodos es amplia, sin embargo, comparten el mismo fin. Cada método es diferente y su utilidad depende de los principios, valores y necesidades de cada persona y pareja, así como de la seguridad que cada uno ofrece.
Un estudio reciente realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló que las mujeres argentinas tienen un promedio de entre dos y tres hijos, y que el 40 por ciento de los nacimientos corresponden a bebés «no buscados».
¿Qué es la planificación familiar?
Por “planificación familiar” se entiende todos aquellos suministros y servicios que hacen posible que las personas y las parejas tengan el número de hijos e hijas que desean tener y planifiquen el cuándo y cada cuánto tiempo los tendrán. En ella se incluyen los métodos anticonceptivos modernos, tales como la píldora anticonceptiva, los DIU, los productos inyectables, o los preservativos para hombres y mujeres. Los servicios incluyen atención médica, asesoramiento e información y educación relacionadas con la salud sexual y reproductiva.
La planificación familiar mejora la salud materna en general. El uso de métodos anticonceptivos modernos y el acceso a servicios de planificación familiar permiten a las mujeres y a las parejas evitar embarazos no planificados. Esto es de suma importancia, teniendo en cuenta que más del 40% de los embarazos en todo el mundo son embarazos no planificados
Planificación en los jóvenes. La planificación familiar mejora la salud de las niñas y de las mujeres jóvenes
Las niñas y las mujeres jóvenes –en las edades comprendidas entre los 10 y los 19 años
–, son más propensas a sufrir complicaciones durante el embarazo o el parto que las mayores. Sus hijos tienen dos veces más probabilidades de morir durante su primer año de vida
que los hijos de las mujeres de 20 años o más.
Por consiguiente, la planificación familiar es algo esencial para niñas y mujeres jóvenes. Esto es especialmente cierto en el caso de aquellas niñas y adolescente que se casan o se ven forzadas a contraer matrimonio siendo todavía muy jóvenes, ya que tienen mayor probabilidades de enfrentar un embarazo que las adolescentes solteras.
Los riesgos a los que niñas y mujeres jóvenes están expuestas pueden evitarse si se asegura l acceso de niños y niñas, adolescentes y jóvenes a una educación sexual integral, y el acceso
de los y las adolescentes a métodos anticonceptivos modernos.
Prevenir infecciones, prevenir el VIH
La planificación familiar mediante el uso de preservativos masculinos y femeninos evita la propagación de infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH. Los programas de
planificación familiar integral permiten a las mujeres vivir con el VIH y planificar los embarazos y su frecuencia, y evitar los embarazos no planificados. Se contribuye así a reducir la transmisión del VIH de madre a hijo.
Los programas de planificación familiar también pueden servir como punto de entrada para prestar una gran variedad de servicios sanitarios, incluidos los cuidados a enfermos de VIH/
La OMS (Organización Mundial de la Salud 2,011) identifica los siguientes beneficios de la planificación familiar:
1. Prevención de los riesgos para la salud relacionados con el embarazo en las mujeres: La capacidad para decidir el intervalo entre los embarazos y limitar el número de estos, tiene una repercusión directa en la salud y bienestar de la mujer; permitiendo espaciar los embarazos o posponerlos en el caso de las jóvenes que tienen mayor riesgo de morir por causa de la procreación prematura, lo cual disminuye la mortalidad materna.
2. Reducción de la mortalidad de los menores de un año: Puede evitar los embarazos muy cercanos entre sí y en un momento inoportuno, lo cual contribuyen a las incrementar las tasas de mortalidad de menores de un año. Los niños cuya madre muere a causa del parto, también tienen un riesgo mayor de morir o enfermar.
3. Prevención de la infección por el VIH y el Sida: Disminuye el riesgo de que las mujeres infectadas por el VIH se embaracen sin desearlo, lo que da como resultado una disminución del número de criaturas infectadas y huérfanas por esta enfermedad. Además, los condones masculinos y femeninos brindan una protección doble: contra el embarazo no deseado y contra las infecciones de transmisión sexual, en especial la causada por el VIH.
4. Disminución de la necesidad de recurrir al aborto peligroso: al disminuir las tasas de embarazo no deseado, la planificación familiar aminora la necesidad de recurrir al aborto peligroso, que representa un 13% de la mortalidad materna mundial.
5. Poder de decisión: la planificación familiar permite que las personas tomen decisiones bien fundamentadas con relación a su salud sexual y reproductiva.
6. Disminución del embarazo de adolescentes: las adolescentes que se embarazan tienen más probabilidades de dar a luz un niño pretérmino o con bajo peso al nacer. Los hijos de las adolescentes presentan tasas más elevadas de mortalidad neonatal, se embarazan tienen que dejar la escuela, lo cual tiene consecuencias a largo plazo para ellas personalmente, para sus familias y para la comunidad.
7. Menor crecimiento de la población; La planificación familiar es la clave para aminorar el crecimiento insostenible de la población y los efectos negativos que este acarrea sobre la economía, el medio ambiente y los esfuerzos nacionales y regionales por alcanzar el desarrollo.
La información es primordial para elegir un método de planificación familiar, la cual debe contener:
1. Información sobre lo diferentes métodos.
2. Saber bien cómo funcionan, cuáles son sus características, qué tan seguros son, qué recomendaciones tiene cada uno, cuáles pueden ser sus efectos colaterales, por cuánto tiempo continuo se pueden usar, o quién los puede usar.
Después de tener todas la información, es importante tomar un tiempo para analizar las opciones, dialogar con la pareja y con el profesional que brinda la información,
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se comprometió a acelerar su evaluación de los anticonceptivos de calidad ya existentes o nuevos, a fin de aumentar el número de mujeres de los países de ingresos bajos y medios que puedan adquirir y utilizar una gama más amplia de productos anticonceptivos eficaces y seguros, en el marco de la Cumbre de Planificación Familiar de Londres.
Asimismo, la OMS se comprometió a prestar apoyo a los países para que integren los servicios de planificación familiar en la atención sanitaria básica y a examinar de forma sistemática las causas de que todavía haya tantas mujeres que no pueden acceder a la anticoncepción cuando la necesitan.
“El acceso a la anticoncepción moderna es un derecho fundamental de todas las mujeres”, señaló la directora general de la OMS, Margaret Chan, que preside en la Cumbre un grupo que debate sobre la ampliación del acceso y de las alternativas. “Este derecho se acompaña de una necesidad de respetar la dignidad de la mujer, proporcionándole una serie de opciones de planificación familiar y libertad de elección.”
El objetivo de la Cumbre de Londres es movilizar los compromisos mundiales políticos, financieros y de prestación de servicios para garantizar que 120 millones más de mujeres y niñas de los países más pobres dispongan en 2020 de información, servicios y productos anticonceptivos sin coacciones ni discriminaciones.
Para ayudar a los países a concretizar los compromisos asumidos en la Cumbre, la OMS identificó una serie de medidas de política para que los Estados puedan capitalizar esta nueva oportunidad, a saber:
• ampliar la oferta de opciones de planificación familiar, de modo que todas las mujeres puedan seleccionar un método que atienda sus necesidades. La OMS va a reforzar la precalificación de productos asequibles y seguros y a potenciar la investigación sobre la eficacia y la seguridad de los anticonceptivos existentes, así como el desarrollo de nuevos productos. Muchos compradores a gran escala consideran que el sistema de precalificación de la OMS es una garantía importante de que los productos que adquieren son de buena calidad;
• aumentar el número de profesionales sanitarios cualificados capacitados y autorizados para prestar servicios de planificación familiar. Unos 57 países están sufriendo una «crisis de personal sanitario». La OMS propugna la redistribución de tareas entre los profesionales sanitarios con la capacitación adecuada, de modo que los países puedan ampliar el acceso a los servicios;
• lograr que la planificación familiar sea un componente esencial de los servicios de atención sanitaria dispensados en el periodo prenatal, inmediatamente después del parto o de un aborto, y durante el año siguiente a un parto o aborto;
• lograr la disponibilidad y aceptabilidad de métodos de planificación familiar de larga duración o permanentes, como los dispositivos intrauterinos, los implantes anticonceptivos, la vasectomía o la esterilización femenina;
• eliminar las restricciones sociales y no médicas al suministro de anticonceptivos a los adolescentes con el fin de contribuir a reducir los embarazos precoces y los riesgos que conllevan para la salud.
Se calcula que en los países en desarrollo hay 222 millones de mujeres y niñas que no quieren quedarse embarazadas pero carecen de acceso a los anticonceptivos y a la información y servicios conexos. La necesidad se agudiza cuando las tasas de mortalidad materna son elevadas. En muchos países más del 30% de las mujeres que quieren utilizar la anticoncepción no pueden conseguirla. La OMS calcula que las muertes maternas se podrían reducir en una tercera parte si todas las mujeres que desean evitar embarazos futuros tuvieran acceso a una anticoncepción eficaz. La imposibilidad de acceder al asesoramiento y a los servicios de planificación es particularmente frecuente entre las mujeres no casadas, jóvenes, pobres, migrantes y rurales.
Las notas sobre políticas presentadas hoy por la OMS se centran en las estrategias más prometedoras para mejorar la planificación familiar y fortalecer los servicios de salud sexual y reproductiva en los países en desarrollo, y se basan en las recomendaciones hechas por un grupo multidisciplinario de expertos convocados por la OMS para identificar la forma óptima de ampliar el acceso a la anticoncepción.
Uso de anticonceptivos
El uso de anticonceptivos ha aumentado en muchas partes del mundo, especialmente en Asia y América Latina, pero sigue siendo bajo en al África subsahariana. A escala mundial, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente, de un 54% en 1990 a un 57% en 2012. A escala regional, la proporción de mujeres de entre 15 y 49 años de edad que usan algún método anticonceptivo ha aumentado mínimamente o se ha estabilizado entre 2008 y 2012. En África pasó de 23% a 24%; en Asia se mantuvo en 62%, y en América Latina y el Caribe pasó de 64% a 67%; en cada región es notable la variación entre países.
El uso de métodos anticonceptivos por los hombres representa una proporción relativamente pequeña de las tasas de prevalencia mencionadas. Los métodos anticonceptivos masculinos se limitan al condón y la esterilización (vasectomía).
Datos para tener en cuenta
– Muchos jóvenes necesitan anticonceptivos para postergar el embarazo. Idealmente, las
mujeres y los hombres jóvenes deben esperar hasta los 18 años como mínimo o hasta
terminar los estudios y estar listos antes de tener hijos.
– Después de tener un hijo, es más saludable esperar al menos 2 años para intentar quedar embarazada nuevamente.
– Tener más de 4 hijos aumenta el riesgo del parto.