La mayoría de los partos prematuros ocurren de forma espontánea, si bien algunos se desencadenan como consecuencia de la inducción precoz de las contracciones uterinas o del parto por cesárea, ya sea por razones médicas o no médicas y no existe ninguna prueba que permita predecir con exactitud la posibilidad de parto prematuro por lo que se desconocen las causas de los partos prematuros.
Hay varios factores que pueden determinar que una mujer embarazada corra un mayor riesgo de parto prematuro, por ejemplo un parto prematuro anterior, embarazos múltiples con mellizos o trillizos, algunas afecciones médicas crónicas, como la hipertensión, la diabetes o infecciones.
También el embarazo durante la adolescencia es un importante factor de riesgo de parto prematuro.
Las mujeres que fuman cigarrillos, beben alcohol y consumen otras drogas recreativas corren un mayor riesgo de parto prematuro. También se sabe que el estrés, cualquiera que sea su causa, puede incrementar el riesgo.
Los niños prematuros no están totalmente preparados para la vida extrauterina. Se enfrían con más facilidad y pueden necesitar más ayuda para alimentarse que los niños nacidos a término. Como su organismo todavía no está plenamente desarrollado, pueden tener problemas para respirar y sufrir otras complicaciones, como infecciones por ello requiere cuidados especiales.