Hacer un mínimo de treinta minutos diarios de actividad física moderada al día, y sesenta minutos en el caso de los niños y adolescentes, reducen los niveles de sedentarismo, una epidemia que en Argentina afecta al 54,9% de la población mayor de 18 años.
A su vez, la Encuesta Mundial de Salud Escolar, realizada en 2012 en nuestro país, demostró que el 50 de los jóvenes pasa más de 3 horas sentado, y sólo el 17 % son físicamente activos.
Lo cierto es que un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas. Además, el ejercicio regular permite mejorar el equilibrio, la salud ósea y prevenir la osteoporosis; la coordinación y la flexibilidad articular y ayuda a perder peso junto a un plan de alimentación adecuado; entre otros beneficios.
Según los especialistas, los 30 minutos diarios de actividad son fácilmente alcanzables con la utilización cotidiana de sistemas de transporte activo, como la bicicleta, y la utilización preferente de las escaleras frente al ascensor. Diversos estudios demostraron que con 7 minutos diarios subiendo escaleras se cubre la actividad física recomendada para un día.
En el ámbito laboral
Dentro de las estrategias sugeridas en el entorno laboral, se recomienda realizar un receso o “pausa activa” cada 2 o 3 horas que consiste en un conjunto de ejercicios físicos realizados en el puesto de trabajo que, desempeñados de forma preventiva y terapéutica, no producen desgaste físico y llevan de 15 a 20 minutos.
De esta forma, se aconseja que se hagan actividades tales como: estiramientos en posición de pie o sentado, de fortalecimiento o para disminuir la fatiga visual, entre otros ejercicios que se deben hacen de manera suave y relajada. La implementación de este tipo de acciones reducirían el ausentismo, los accidentes laborales, y colaboran con el mantenimiento de un peso saludable, por lo que se sugiere acompañarlas con la incorporación de hábitos de alimentación saludable y correcta hidratación. Además, promoviendo que los espacios de trabajo sean ambientes libres de humo de tabaco.
En el caso de personas mayores de 65 años, la recomendación de actividad física se reduce a tres veces semanales, incluyendo a la rutina ejercicios con pesos moderados y de equilibrio.
Chequeo previo
En esta línea, los especialistas indican que la evaluación previa de las personas que realizarán actividad física es indispensable para gozar de los beneficios del ejercicio, con la seguridad de que sea una pauta terapéutica y no una contraindicación.
El examen previo deberá contemplar los antecedentes personales de salud y deportivos, jerarquizando la búsqueda de patologías cardiovasculares, metabólicas o respiratorias, así como las cuestiones ortopédicas y traumatológicas, especialmente de rodillas y columna.