La detección precoz sigue siendo la piedra angular en la lucha contra el cáncer de mama. Es el más común entre las mujeres en todo el mundo. Según MACMA (Movimiento Ayuda Cáncer de Mama) en Argentina se detectan alrededor de 18.000 casos anuales, lo cual representa el 17,8% del total de incidencia de cáncer en Argentina, mientras que en hombres se presenta sólo en un 1%.
En esta línea, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) señala que Argentina, luego de Uruguay, es el país de América con la tasa de mortalidad más alta por cáncer de mama (con 20,1 y 24,3 defunciones cada 100.000 mujeres respectivamente). Mientras que Bolivia, Ecuador y México tienen las tasas más bajas (con 7,6 10 y 10,5 defunciones cada 100.000 mujeres respectivamente).
Se trata de una enfermedad que afecta mayoritariamente a mujeres de entre 45 y 70 años de edad, sobre la cual se desconocen cuáles son los causantes, aunque se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de enfermar:
- Ser mayor de 50 años
- Antecedentes personales de cáncer de mama o de enfermedad benigna (no cancerosa) de mama
- Antecedentes familiares de cáncer de mama
- Tratamiento con radioterapia dirigida a la mama o el pecho
- Tratamiento con hormonas, como estrógeno y progesterona
- Menstruación a edad temprana.
- Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos
Cabe aclarar, que el cáncer hereditario representa sólo el 5 a 10% de todos los casos de cáncer de mama.
Prevenir antes que curar
Para el cáncer de mama la detección temprana es fundamental, ya que los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación.
La adherencia a estilos de vida saludable es una forma de actuar de modo preventivo: no fumar, evitar el consumo de grasas, realizar actividad física, moderar el consumo de alcohol. Otra herramienta de prevención consiste en la detección temprana, básicamente hay dos formas de detectar el cáncer de mama.
La primera es por medio de la mamografía, que consiste en realizar una radiografía de las mamas. Con este estudio es posible detectar el cáncer de mama en su fase asintomática, cuando todavía la lesión no es palpable, o es mínimamente palpable, por lo cual, es posible recurrir a mejores posibilidades de cura, con tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.
Por eso, la recomendación es que todas las mujeres de entre 50 a 70 años se realicen un estudio mamográfico cada dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Por otra parte, tanto en las mujeres de entre 40 y 50 años como en las mayores de 70 la decisión de hacer o no una mamografía debe ser personalizada. La mujer debe hablarlo con su ginecólogo/a o con su médico/a de cabecera, y valorar los pros y los contras de hacer el estudio mamográfico.
Por otro lado, hay otros métodos diagnósticos por imágenes, como la ecografía, la cual se usa en forma complementaria a la mamografía y la resonancia magnética que se emplea fundamentalmente en mujeres con fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas conocidas detectadas o altamente sospechadas y en situaciones puntuales cuando exista indicación.
Síntomas y señales
Algunas señales de advertencia del cáncer de mama a las cuales prestar atención son:
• Un bulto o dolor en la mama.
• Endurecimiento o hinchazón de una parte de las mamas.
• Irritación o hundimientos en la piel de las mamas.
• Piel de la mama escamosa o enrojecida.
• Hundimiento del pezón o dolor en esa zona.
• Líquido del pezón, que no sea leche materna, en especial sangre.
• Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.