El fumador pasivo es aquel que pese a no consumir directamente tabaco ni cigarrillos, aspira las sustancias tóxicas provenientes de su combustión y propagadas por el humo de los mismos. Estas personas están expuestas a graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre ellas las cardiopatías coronarias y el cáncer de pulmón.
Entre los efectos inmediatos del humo de tabaco en los no fumadores, se destaca la irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones, como son en general más sensibles a los efectos tóxicos pueden presentar cefaleas, náuseas y mareos; mientras que la concentración de humo en ambientes provoca estrés en el corazón y afecta la capacidad del organismo de captar y usar el oxígeno.
En tanto, a largo plazo se manifiesta en mayores tasas de cáncer y cardiopatías luego de varios años de exposición.
Cabe destacar que ni la ventilación, la filtración, o la combinación de ambas pueden reducir la exposición al humo de tabaco en espacios interiores a niveles que se consideren aceptables, sólo los entornos totalmente exentos de humo de tabaco ofrecen una protección eficaz.
Algunas cifras
En nuestro país, el 23% de la población está afectada por esta adicción, provoca 111 muertes diarias, produce más de 40.000 muertes por año y genera costos sanitarios por 21 mil millones de pesos, lo que representa el 12% del monto que Argentina gasta en salud por año.
Entre las enfermedades atribuibles al tabaco, el informe presentado por el Instituto Nacional del Cáncer (INC), «Radiografía del tabaquismo en la Argentina» sostiene que por año se enferman de EPOC 87.843 personas; de enfermedades cardíacas, 64.500; de neumonía, 23.840; por accidentes cerebrovasculares, 13.772; de cáncer de pulmón, 8.583 y por otros tipos de cáncer, 10.408.
El foco, en los jóvenes
Cada día en el mundo 80.000 jóvenes comienzan a fumar, transformándose en adictos a la nicotina. Datos del Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud, afirman que ocho de cada diez fumadores adultos se iniciaron en la adolescencia.
Influyen importantes factores externos, como la pertenencia al grupo, es decir el deseo de ser aceptado por amigos que fuman y otros factores sociales que son utilizados como elementos de publicidad muy influyente en la población joven por la industria tabacalera.
En este sentido, los especialistas advierten que uno de los factores que lo hace particularmente peligroso al cigarrillo es su carácter de droga legal y el tener aceptabilidad social.
Perspectivas
Frente a este escenario, no todas las estadísticas son negativas. Un estudio elaborado por la Universidad de Washington destaca la situación de nuestro país en materia de control de tabaco, al resaltar el marcado descenso de su consumo durante los últimos seis años, que registró una tasa de reducción promedio anual del 2,8 por ciento.
De acuerdo a este trabajo, Argentina se ubicó séptima dentro de los países con mayor disminución anual del número de fumadores diarios, precedida por Islandia (-5.6%), Ruanda (-5.2%), Dinamarca (-4.7%), Noruega (-4.1%), Madagascar (-3%) y Haití (-2.9%).
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, se prevé para el año 2020 un total de 18.272 muertes prematuras (35 a 64 años) atribuibles a todas las patologías ocasionadas por el tabaquismo.
Asimismo, referentes en el tema sostienen que estas muertes podrían evitarse si se aplicaran medidas para reducir el consumo del tabaco, como por ejemplo la prohibición para fumar en espacios cerrados públicos y privados.
El tabaquismo en cifras en Argentina:
111 personas mueren por día a causa del tabaquismo
18.991 personas son diagnosticadas de un cáncer provocado por el tabaquismo anualmente
Cantidad de personas que anualmente enferman por motivos atribuibles al tabaco:
87.843 EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
64.500 Enfermedades Cardíacas
23.840 Neumonía
13.772 ACV (Accidente Cerebro Vascular)
10.408 Otros Cánceres