La información nutricional presente en cada producto permite conocer con más detalles las características nutricionales de cada alimento, de modo que podrá orientar al consumidor en su decisión de compra, brindando información relevante, evitando que se describa al alimento de manera errónea, o se presente información que de algún modo resulte falsa o engañosa.
Ahora bien, ¿Cómo distinguir la información nutricional en los productos? El rotulado o información nutricional, debe aparecer agrupada en un mismo lugar, estructurada en forma de cuadro (tabla), con las cifras y las unidades en columnas, siempre que el tamaño de la etiqueta lo permita. De lo contrario puede ser simplificado en forma lineal. Pero debe estar adherida al envase del alimento, destinada a informar al consumidor sobre las características de un alimento.
En Argentina, a partir de agosto del 2006 por disposición de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el Rotulado Nutricional es obligatorio para todos los alimentos envasados. De esta forma, todos los alimentos deben presentar obligatoriamente una etiqueta que contenga no sólo la información nutricional del producto, sino también su denominación de venta, la lista de ingredientes utilizados, los contenidos netos, su identificación de origen, preparación e instrucciones de uso, y datos como nombre o razón social y dirección del importador, identificación del lote y fecha de vencimiento.
Existen ciertos alimentos que no requieren el rotulado nutricional como bebidas alcohólicas, aditivos alimentarios, especias, aguas minerales naturales, vinagre, sal, café, yerba mate, té, frutas, vegetales, carnes que se presenten en su estado natural, refrigerados o congelados y alimentos en envases cuya superficie visible para el rotulado sea menor o igual a 10 cm2.
Esta información estará referida a una porción determinada, expresada en una medida casera de consumo habitual, por lo que resultará de suma utilidad para el usuario a la hora de comparar alimentos.
De esta forma, aprendiendo el manejo de la lectura de las etiquetas, el consumidor logra conocer las propiedades nutricionales del producto y hacer una mejor elección en la compra, adecuándola a sus hábitos alimentarios y necesidades de salud.
Otros aspectos a tener en cuenta en la información que figura en los alimentos, son la fecha de caducidad, las instrucciones de manipulación y advertencias relacionadas con alergias. En esta línea, un reciente estudio internacional indica que sólo el 49%, entre más de 3.000 personas encuestadas, identificó correctamente la fecha de caducidad como medida de seguridad.
La nutrición y un correcto hábito alimentario constituyen una de las principales fuentes de salud. Por este motivo, cada vez más, los comportamientos nutricionales se están asociando con la seguridad alimentaria pero, pero para que los consumidores tomen conciencia de la importancia de llevar una dieta sana, es necesario que aspectos como el rotulado estén claramente definidos y se eduque al público en la interpretación de los mismos.