La farmacorresistencia o resistencia a los medicamentos es la reducción de la efectividad de los fármacos. Se produce cuando los microorganismos ya sean bacterias, virus, hongos o parásitos sufren cambios que hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces. Los microorganismos resistentes a la mayoría de los antimicrobianos (medicamentos) se conocen como ultrarresistentes. El fenómeno es muy preocupante porque las infecciones por microorganismos resistentes pueden causar la muerte del paciente y transmitirse a otras personas. Por otra parte, aumentan los costos de los sistemas de salud.
¿Cuál es la causa de la resistencia?
De forma natural, los microorganismos con el tiempo se transforman y generan resistencia a los fármacos. Sin embargo esta no es la única causa, el mal uso de los medicamentos contribuye a esta resistencia; por ejemplo, cuando se toman dosis insuficientes, no se finalizan los tratamientos prescritos, o se consumen medicamentos por cuenta propia sin la indicación del médico ni un diagnóstico preciso (automedicación).
A estos factores, se suman otros que también facilitan la aparición y la propagación de la resistencia antimicrobiana, entre ellos podemos mencionar: los medicamentos de mala calidad, las prescripciones erróneas y las deficiencias de la prevención y el control de las infecciones.
Un problema de salud pública
La resistencia a los medicamentos impacta negativamente en la prevención y el tratamiento eficaces de cada vez más infecciones causadas por bacterias, parásitos, virus y hongos, y constituye una amenaza creciente para la salud pública mundial. Con frecuencia, las infecciones causadas por microorganismos resistentes no responden al tratamiento frecuente, lo que da lugar a una enfermedad prolongada y a mayor riesgo de mortalidad.
El rol de la automedicación
Por definición, la automedicación se refiere al uso de medicamentos por iniciativa propia, sin que exista ningún tipo de intervención por parte del médico en el diagnóstico, en la prescripción ni en la supervisión del tratamiento. En la Argentina la automedicación es un problema. Nuestro país encabeza las estadísticas en el mundo con respecto a este tema. Algunos estudios señalan que más del 70% de los argentinos se automedica ante un dolor de cabeza.
El caso emblemático de los antibióticos
La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo. A diario aparecen y se difunden nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro la capacidad de la medicina para tratar las enfermedades infecciosas comunes. “Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia” (Organización Mundial de la Salud, OMS).
En el caso de los antibióticos, la automedicación influye especialmente en la resistencia de este tipo de medicamentos. Si bien la ley argentina prevé que deben prescribirse con receta por duplicado, en general esto no se cumple. Además, en muchos casos en las farmacias son expedidos sin receta. Por este tema es que se habla de la necesidad de cambiar conductas en los tres eslabones de la cadena: médicos, farmacéuticos y pacientes. “Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza” (OMS).
Consejos para los pacientes
. Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un médico.
. Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
. Tomar los medicamentos respetando el tiempo de tratamiento, la dosis y los horarios de toma, indicados por el médico.
. No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
. No automedicarse
Estos consejos son extensibles a todo tipo de medicamentos: siempre con la prescripción del médico y respetando sus indicaciones.
Además, la OMS suma otras medidas que cada persona puede tomar a la hora de contribuir a la reducción de la propagación de las infecciones: vacunación, lavado de las manos, seguridad de las relaciones sexuales y buena higiene alimentaria.