Existen amenazas ambientales como el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono y la pérdida de diversidad biológica. Sin embargo, hay simples factores como la gestión de residuos, la calidad del agua y el lavado de manos que pueden mejorar nuestra calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 23% de la mortalidad es atribuible a factores medioambientales y señala que la reducción de la contaminación del aire, el agua y las sustancias químicas evitaría hasta una cuarta parte de las enfermedades en el mundo.
En tanto, la sustitución de estufas de carbón por otras alimentadas con energía renovable mejoraría la salud de 3.000 millones de personas; mientras que la reducción de la contaminación atmosférica podría reducir a la mitad las muertes por neumonía.
Simples acciones, desde nuestro hogar
Entre las acciones concretas que cada persona puede realizar desde su lugar, se pueden citar el almacenamiento del agua de uso doméstico en condiciones seguras, la mejora de las medidas higiénicas como el lavado frecuente de manos, y el cuidado en la gestión de las sustancias tóxicas en el hogar y en el lugar de trabajo.
El ambiente y los niños
Este grupo etáreo representa un verdadero desafío, aproximadamente un tercio de los nueve millones de defunciones de menores de cinco años que se producen cada año se debe a causas y enfermedades relacionadas con el medio ambiente.
• Los factores ambientales causan el 88% de los 1,5 millones de defunciones infantiles anuales debidas a la diarrea. El tratamiento y almacenamiento seguros del agua potable y el lavado de las manos pueden prevenir las enfermedades diarreicas. La lactancia materna exclusiva también ayuda a evitar estas enfermedades entre los niños pequeños.
• El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, sus desencadenantes son factores ambientales como los ácaros del polvo doméstico, el tabaquismo pasivo, los mohos o el pólen. El asma se puede controlar con un diagnóstico y tratamiento adecuados, y reduciendo la exposición a los desencadenantes ambientales.
• Las intoxicaciones suelen producirse con medicamentos y