Con la llegada del verano es fundamental mantener conductas de higiene y alimentación para prevenir enfermedades diarreicas, cuidarse del sol, hidratarse y realizar un correcto lavado de manos y alimentos.
Hidratación
Las altas temperaturas constituyen un factor que puede causar problemas de salud. Para evitar los golpes de calor se debe beber abundante agua durante todo el día, evitar el ejercicio físico en determinados horarios y permanecer en lugares frescos.
Para que el agua sea considerada “segura”, ésta no debe tener ni olor, ni color y debe haber recibido algún tratamiento de purificación.
Consumo de alimentos seguros
Algunos consejos para utilizar agua y alimentos seguros:
– Purificar el agua con métodos como hervir, usar cloro o lavandina.
– Utilizar agua segura para lavar las frutas y vegetales y para preparar los alimentos.
– Utilizar agua segura para lavarse las manos y los dientes.
– Lavarse las manos antes de comer o preparar alimentos y después de ir al baño.
– Separar siempre los alimentos crudos (especialmente las carnes y pescado) de
los alimentos cocidos.
– Utilizar diferentes utensilios para preparar alimentos crudos y cocidos.
– Cocinar las carnes, el pollo, los huevos y el pescado hasta que estén bien cocidos.
– Mantener los alimentos a temperaturas seguras.
Cuidar la piel
La exposición solar, a través de las radiaciones ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel, por lo cual se recomienda evitar la misma entre las 10 y las 17 horas. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las ampollas; otras como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel se pueden presentar a lo largo de los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo.
¿Cómo protegerse del sol?
- Se recomienda el uso de protectores solares que impidan la agresión de los rayos ultravioletas. El factor de protección mínima es FPS 30. De acuerdo a al tipo de piel y antecedentes, el dermatólogo podrá indicar el protector más adecuado.
- Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
- Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas, nuca y partes calvas de su cabeza.
- Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una sombrilla.
- Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben utilizarse en ellos filtros solares.
- La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y continuar toda la vida por los efectos acumulativos.
Salud visual
En los meses de verano, el sol, las altas temperaturas, la sequedad del ambiente o el cloro de las piscinas pueden afectar la salud de los ojos, por eso debemos extremar precauciones y tomar las medidas de protección adecuadas.
Los procesos inflamatorios, como la conjuntivitis alérgica o irritativa, aumentan su incidencia en los meses de calor. Las radiaciones resultan dañinas para la córnea y el cristalino, además los rayos ultravioleta inducen al envejecimiento de la piel y del cristalino y pueden producir cataratas.
El cloro del agua de los natatorios o la sal del agua del mar puede producir irritación, en tanto que la sequedad del ambiente (tanto natural como por uso del aire acondicionado) provoca mayor evaporación de la lágrima aumentando la sensación de ojo seco.
Para proteger nuestros ojos debemos utilizar:
- Anteojos de sol
- Viseras o sombreros
- Antiparras
- Protector solar con filtro UV
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación, Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.