Dado la emergencia sanitaria imperante por la pandemia, además, de los cuidados habituales que se toman durante el verano, se suman otros para evitar la propagación del COVID-19, que cada lugar de veraneo ha dispuesto con protocolos. Por supuesto, que hay que continuar con el lavado de manos, la distancia social de dos metros, el uso de barbijo y la sanitización de superficies y objetos.
Hay algunas cuestiones que son propias de las elevadas temperaturas y los cambios de hábitos que en el verano son frecuentes. Algunas enfermedades, tiene mayor incidencia en esta estación aunque muchas de ellas se pueden prevenir y tienen una fácil solución.
Deshidratación
El calor y la exposición solar hace que se pierda mucha agua corporal, no solo debido al sudor, sino también con la orina o las heces. Las personas mayores y los niños son los principales grupos de riesgo. Para prevenir y solucionar la deshidratación es fundamental restituir los líquidos perdidos con agua o bebidas isotónicas. Lo mejor es beber líquidos de manera continuada, aunque no tengamos sed. Entre un litro y medio y dos litros al día.
El Ministerio de Salud de la Nación da una serie de recomendaciones para evitar la deshidratación:
. Tomar más líquido del habitual (ocho vasos de agua segura a diario).
. Evitar las bebidas azucaradas y el alcohol.
. Llevar una botella de agua.
. No esperar a tener sed para hidratarte.
. Servir agua para acompañar todas las comidas y tener siempre disponible una jarra.
. Ofrecer agua frecuentemente a los niños y a los adultos mayores.
. Una buena opción para hidratarse son los licuados con agua segura e hielo, jugos exprimidos, preferentemente con frutas de estación y sin agregado de azúcar.
Agua segura: es aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas. Más información: https://www.argentina.gob.ar/salud/verano/aguasegura
Quemaduras solares
Tomar sol sin protección puede provocar quemaduras. Se enrojece la piel y, en grados más graves, hasta pueden producirse ampollas y ulceraciones. Para evitar que esto suceda, la solución es tan sencilla como utilizar protectores solares. Además, se recomienda el uso de cremas post solares aunque no se haya quemado la piel.
La exposición excesiva al sol puede producir envejecimiento de la piel, cataratas y cáncer de piel. Por eso, señala el Ministerio de Salud se debe:
. Evitar la exposición entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, buscar preferentemente la sombra y permanecer en espacios ventilados.
. Usar protector solar con factor de 30 o más y renovarlo cada 2 horas y después de salir del agua.
. Los bebés menores de 1 año no deben recibir el sol directo. Desde los 6 meses en adelante deben usar protector solar (FPS 50 o mayor), renovado cada 2 horas y al salir del agua.
. Si se va a realizar actividad física, hacerlo en las horas de menos calor, usar ropa holgada, liviana, de colores claros. Cubrir la cabeza con un gorro o un pañuelo. Llevar siempre una botella de agua para mantenerse hidratado. No esperar a tener sed. Tomar abundante agua antes, durante y después del ejercicio.
Hay grupos que potencialmente pueden resultar más afectados: las mujeres embarazadas; los bebés y niños pequeños; las personas mayores de 65 años; y quienes padecen enfermedades crónicas como, por ejemplo, afecciones respiratorias o cardíacas, hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes.
Para mayor info sobre golpe de calor en niño ver https://www.argentina.gob.ar/salud/glosario/golpedecalor
Más info sobre olas de calor: https://www.argentina.gob.ar/salud/verano/olas-de-calor
Intoxicaciones alimentarias
En verano es más habitual contraer alguna intoxicación, que se produce al comer alimentos que se han puesto en mal estado debido al calor. Estas intoxicaciones pueden causar diarreas, náuseas, vómitos. En estos casos, se debe consultar al médico inmediatamente.
Para prevenir es imprescindible que los alimentos estén en buenas condiciones y se deben lavar bien las manos antes y después de manejar los alimentos. También se deben resguardar los alimentos a buen recaudo para que los insectos o animales de compañía, que son focos de gérmenes, no puedan acceder a ellos.
Especialmente los bebés, niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, son más propensos a sufrir cuadros como intoxicaciones, diarreas y el SUH (Síndrome urémico hemolítico).
El Ministerio de Salud da recomendaciones claras respecto a este tema:
. Usar agua potable para beber, cocinar, lavar platos y utensilios. Si no es potable, hervirla entre 2 y 3 minutos, o agregarle 2 gotas de lavandina por cada litro de agua, media hora antes de usarla.
. Lavar muy bien las frutas y verduras con agua potable, aunque sea para comerlas peladas o cocidas. Guardar los huevos en la heladera y consumirlos preferentemente cocidos.
. Cocinar bien la carne, especialmente la carne picada, hasta que no quede rosada en su interior.
. Separar los alimentos crudos de los cocidos. No usar la misma tabla de picar o los mismos utensilios, sin lavarlos antes.
. Mantener los baños limpios y la basura lejos de los alimentos y de los niños.
. Descongelar los alimentos dentro de la heladera (y no a temperatura ambiente). Nunca volver a congelar un alimento que fue descongelado. Mantener refrigerados los alimentos frescos, sin cortar la cadena de frío.
. Las manos, siempre limpias. Lavarlas bien con agua y jabón, al regresar de la calle, después de ir al baño, antes y después de cambiar los pañales al bebé, y antes y después de cocinar, entre otras actividades.
Dengue
El constante aumento de la temperatura ambiental en la temporada de primavera-verano, permite que el huevo del mosquito se desarrolle con mayor rapidez. Además de las altas temperaturas, necesita de tres factores fundamentales: la lluvia, la humedad y el calor.
El Aedes aegypti, el mosquito “hogareño”, es el que trasmite el dengue, chikungunya y zika. Y en el verano los cuidados deben potenciarse.
Es clave eliminar todos los criaderos de mosquitos. El Ministerio de Salud enfatiza:
. Muchos de los recipientes donde el mosquito se cría no son de utilidad (latas, botellas, neumáticos, trozos de plástico y lona, bidones cortados). Por eso, se deben eliminar y evitar que se acumulen en las casas.
. Si no es posible eliminar los recipientes porque se usan permanentemente evitar que acumulen agua, dándolos vuelta (baldes, palanganas, tambores) o cambiándoles el agua y cepillándolos frecuentemente (bebederos de mascotas).
. Recordar frotar las paredes de los recipientes con una esponja a fin de desprender los huevos de mosquito que puedan estar adheridos.
. Rellenar los floreros y portamacetas con arena húmeda.
. Mantener los patios limpios y ordenados y los jardines desmalezados.
. Limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos.
. Tapar los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.
También es importante prevenir la picadura del mosquito:
. Usar siempre repelentes siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase.
. Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
. Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en la habitaciones.
. Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
. Utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales.
La fumigación no es suficiente para eliminar el mosquito. La aplicación de insecticidas es una medida destinada a eliminar a los mosquitos adultos pero no a los huevos y a las larvas. Su implementación debe ser evaluada por las autoridades sanitarias ya que solo se recomienda en momentos de emergencia, y siempre debe ser acompañada por la eliminación de todos los recipientes que acumulan agua en las casas y espacios públicos. De lo contrario, a los pocos días, volvemos a tener mosquitos adultos.
Ver qué hacer con las piletas: https://www.argentina.gob.ar/salud/mosquitos/medidaspreventivas/que-hacer-con-las-piletas