El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad provocada por la bacteria Escherichia coli, que es el nombre dado a una gran familia de bacterias. Aunque la mayoría son inofensivas, algunos tipos de ellas pueden enfermarnos, como es el caso de la Escherichia coli, productora de toxina Shiga. Ésta puede causar una diarrea sanguinolenta, que puede complicarse y desarrollar insuficiencia renal aguda en niños y trastornos de coagulación en adultos.
Los casos de SUH en la Argentina han estado en descenso desde 2014 hasta 2021. Sin embargo, hubo una suba de casos durante los tres últimos años. En el mismo período de las primeras semanas de 2021 y 2023, según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación se verifica un ligero aumento al pasar de una tasa de 0.30 por cada 100.000 habitantes a una de 0.34 por cada 100 mil habitantes. Esto significa un 13,33%de incremento de casos.
¿Cómo se transmite?
Se transmite a través de los alimentos, el agua y de persona a persona por el contacto con las manos. También puede transmitirse por el contacto directo con animales y su materia fecal, y a través de aguas recreacionales. Otra vía de contagio es el contacto con otra persona enferma o con un portador de la bacteria que no lo está. Una persona con diarrea o con SUH puede continuar eliminando la bacteria a través de su materia fecal hasta tres semanas o más en los niños y una semana en los adultos, luego del inicio de los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas?
Generalmente se manifiestan con la aparición de diarrea con sangre, acompañada de dolor abdominal y vómitos. A medida que la enfermedad progresa, los pacientes pueden experimentar palidez, alteración en la conciencia, reducción en la producción de orina, convulsiones y otros signos de deterioro. Es una condición grave que requiere atención médica inmediata.
En el caso de los niños y niñas, el 77% de los cuadros requiere internación, y es la segunda causa de trasplante renal en este grupo etareo.
Prevención
El Ministerio de Salud de la Nación especifica las principales medidas que se pueden tomar para evitar esta enfermedad, que tienen que ver con la higiene y la contaminación al cocinar.
- Lavá
Lavate las manos con abundante agua segura y jabón:
Antes, durante y después de preparar alimentos (en especial después de tocar carne cruda).
Antes de preparar mamaderas y al alimentar al bebé.
Luego de ir al baño, acompañar al niño al baño y después de cambiar pañales.
Después de jugar o trabajar con animales.
Lavá cuidadosamente frutas y verduras.
Lavá minuciosamente, hoja por hoja y bajo el chorro de agua segura los vegetales de hoja verde (lechuga, espinaca, repollo, puerro)
Lavá minuciosamente las frutos que crecen en contacto con el suelo.
Lavá las frutas, aunque luego vayas a pelarlas.
Lavá las verduras trozadas en bandejitas antes de consumirlas, especialmente las que se comen crudas
Lavá con abundante agua y detergente las tablas y utensilios que usaste para la carne cruda.
Mantené limpios esponjas y trapos.
Mantené las superficies limpias y desinfectadas.
- Usá agua segura
Usá agua segura para beber y cocinar, lavar utensilios y recipientes utilizados en la preparación de alimentos.
Si tenés dudas sobre la inocuidad del agua para beber, hervila durante 5 minutos o agregale dos gotas de lavandina por cada litro de agua. Conservala en recipiente estéril, con tapa.
- Separá
Mantené las carnes crudas separadas de los alimentos cocidos y los listos para consumir.
Al hacer las compras, separá la carne cruda del resto de los alimentos. Mantenela en bolsas herméticas, para evitar derrames de sus jugos.
En la heladera, guardá las carnes en recipientes herméticos en los estantes inferiores. Colocá los alimentos que ya están cocidos y los listos para consumir en los estantes superiores.
Al preparar los alimentos, utilizá diferentes tablas para picar y cortar carnes crudas, verduras y alimentos listos para consumir.
Al servir la comida, utilizá fuentes, platos y utensilios que estén limpios. No utilices los mismos que usaste para carne cruda o verduras sin lavar.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación, Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).