El tabaquismo es una adicción provocada por la nicotina, droga que contiene el tabaco. Su consumo produce no sólo dependencia física y psicológica, sino también un gran número de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. El humo del tabaco contiene unas 7.000 sustancias tóxicas, de las cuales más de 60 son cancerígenas.
Nuestro país cuenta con políticas sostenidas en el tiempo de control de tabaco a nivel nacional, entre ellas la implementación de los ambientes 100% libres de humo, que lograron que el porcentaje de fumadores disminuya tanto en adultos como en jóvenes. Según datos de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) entre los adultos, el consumo de tabaco ha venido descendiendo desde 29,7% en 2005, a 27,1% en 2009, 25,1% en 2013 y 22.2% en 2018.
Sin embargo, en contrapartida, un dato preocupante es que el inicio del consumo de tabaco entre los jóvenes se produce en forma cada vez más precoz, entre los 12 y 14 años.
¿Cómo afecta a la salud?
El tabaco es el único producto de consumo humano que mata la mitad de los consumidores. Argentina cuenta aproximadamente con 6 millones de fumadores, de los cuales la mitad de ellos, o sea 3 millones de personas, morirá probablemente por esta causa si no abandonan esta adicción.
Está directamente relacionado con la aparición de muchas enfermedades, fundamentalmente distintos tipos de cáncer: de pulmón, laringe, faringe, riñón, hígado, vejiga, entre otros; enfermedades cardiovasculares: infartos, ACV, aneurismas y enfermedades respiratorias. Además, en las mujeres el tabaquismo tiene graves consecuencias en el sistema reproductor.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando dejas de fumar?
Los beneficios de dejar de fumar se empiezan a apreciar de forma inmediata y se intensifican a medida que pasan los meses y años:
20 minutos después de abandonar el hábito. Su ritmo cardíaco y la presión sanguínea bajan.
12 horas después. El nivel de monóxido de carbono en sangre baja al nivel normal.
A los 3 meses. La función pulmonar comienza a mejorar y se produce una disminución notable de la tos, la congestión nasal, la fatiga y la sensación de falta de aire, junto con una mayor elasticidad e hidratación de la piel que se había perdido a causa del tabaquismo.
A 1 año el riesgo de cardiopatía coronaria se reduce a la mitad del que tiene una persona que continúa fumando. El riesgo de ataque cardíaco disminuye drásticamente.
A 5 años de abandonar el hábito el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga se reduce a la mitad. El riesgo de cáncer de cuello uterino y de accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales) se reducen al nivel de una persona no fumadora.
10 años después el riesgo de morir por cáncer de pulmón es aproximadamente la mitad al de una persona que aún fuma.
La expectativa de vida para los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor de 90% el riesgo de morir de una enfermedad relacionada al tabaco.
Entre otros beneficios, se podría observar mejor sabor en las comidas, el sentido del olfato vuelve a ser normal, los dientes y uñas dejan de tener un color amarillento y también se detienen los efectos dañinos del tabaco en su apariencia, incluyendo arrugas prematuras de su piel, enfermedades de las encías y pérdida de dientes.
¿Cómo se puede tratar?
Sólo un escaso número de fumadores logra dejar de fumar por sus propios medios. Si esto no es posible, la consulta con un profesional de la salud mejora ampliamente la probabilidad de dejar de fumar.
El Ministerio de Salud cuenta con una línea gratuita para dejar de fumar: 0800-999-3040 en la cual personal capacitado ayuda a los fumadores en el proceso.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación (MSAL), Organización Panamericana de la Salud (OPS), MedlinePlus – Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.